miércoles, 15 de abril de 2009

ANA KALINGER. 24 AÑOS. ESTUDIANTE DE EDICIÓN. ARGENTINA.

Leyendo tu blog, de curiosa, me encantó la idea de contarte que en una época no sólo te hubiera dicho "no me gusta Sabina", sino que hubiera saltado con un "lo detesssssto!!" furioso.
"¿Por qué?", te preguntarás. Ojalá tuviera la respuesta. Sólo una canción suya me conmovía, "Con la frente marchita"; las demás... pfff, me resultaban intolerables. Y entonces, "no sé cómo ni sé con qué pretexto", empecé a escucharlo. Estaba estudiando Edición en Capital Federal (soy de Santa Rosa, La Pampa), viviendo con mi mejor amiga, y de repente Joaquín entró en nuestras vidas y decidió no irse nunca más. Fue nuestro compañero de reniegos porteños, de mates y tostadas con mermelada de durazno en las madrugadas, de intercambios de opiniones femeninas sobre el "sexo maldito" y consejos amorosos susurrados entre lágrimas o dichos a los gritos en medio de carcajadas. Porque Sabina es eso... es un vaivén de emociones que siempre conducen a lo mismo. No puedo pensar en sus canciones ni escucharlas sin que el amor (o su ausencia) ronden mi mente.
Es casi imposible decirte cuál es mi favorita... demasiadas tienen algo especial, están asociadas a algún recuerdo, y el simple hecho de seleccionar una entre todas haría que le de más importancia a una cosa que a otra... Así que, simplemente, voy a decirte cuál es mi favorita HOY.
"Incluso en estos tiempos"
En medio de la vorágine mental y emocional en la que estoy inmersa, expresa esa imposibilidad de quitarme a alguien de la cabeza y del corazón, pase lo que pase, aun cuando sé que lo más conveniente sería no tener recaídas todos los días, y que "aunque quiera olvidar no se me olvida" que no puedo olvidarlo.

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