martes, 17 de febrero de 2009

MENTIRAS PIADOSAS

  1. Eclipse de mar
  2. Pobre Cristina
  3. Y si amanece por fin
  4. El muro de Berlín
  5. Mentiras piadosas
  6. Con un par
  7. Corre, dijo la tortuga
  8. Con la frente marchita
  9. Ataque de tos
  10. Medias negras
  11. Ponme un trago más
  12. A ti que te lo haces

CANCION ELEGIDA:
ECLIPSE DE MAR
Hoy dice el periódico que ha muerto una mujer que conocí
que ha perdido en su campo el Atleti
y que ha amanecido nevando en París.
Que han pillado un alijo de coca,
que a Piscis y Acuarios les toca el vinagre y la hiel.
Que aprobó el Parlamento Europeo una ley a favor de abolir el deseo
que falló la vacuna anti SIDA,
que un golpe de ha triunfado en la luna y movidas así.
Pero nada decía la prensa de hoy de esta sucia pasión, de este lunes marrón
del obsceno sabor a cubata de ron de tu piel,
del olor a colonia barata del amanecer.
Hoy amor, como siempre
el diario no hablaba de ti, ni de mí.
Hoy amor, igual que ayer, como siempre
el diario no hablaba de ti, ni de mí.
Hoy dijo la radio que han hallado muerto al niño que yo fui
que han pagado un pasote de pelas por una acuarela falsa de Dalí.
Que ha caído la bolsa en el cielo,
que siguen las putas en huelga de celo en Moscú.
Que subió la marea, que fusilan mañana a Jesús de Judea,
que creció el agujero de ozono,
que el hombre de hoy es el padre del mono del año 2000.
Pero nada decía el programa de hoy de este eclipse de mar,
de este salto mortal,
de tu voz tiritando en la cinta del contestador,
de la manchas que deja el olvido a través del colchón.


COMENTARIO: Una canción que a mí me llega profundamente. Quizás porque cuando uno está enamorado, tiene ganas de gritarlo a los cuatro vientos. Quizás porque cuando uno está enamorado, no pude creer que el resto del mundo no lo sepa. Los diarios y la radio hablan permanentemente de noticias que se suponen importantes, pero para quien ama, no hay nada más importante que lo que está sintiendo. No hay nada más importante que esa cara, ese cuerpo y esa voz que nos roba el sueño. Joaquín comparte conmigo esa especie de “desilusión” al comprobar que el diario no hablaba de él, ni de ella, ni de la historia de ese amor. Otra vez, el dolor por la ausencia se hace carne, y Sabina no puede creer que las noticias no hablen del salto mortal que significa estar perdidamente enamorado.

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