miércoles, 4 de febrero de 2009

RADIOGRAFIA DE UNA FANATICA

La primera vez que escuché a Sabina, tenía 19 años. Estaba cursando la carrera de publicidad y había ido a la casa de una compañera para terminar un trabajo práctico que nos habían pedido. La tarea resultaba bastante aburrida, por cierto, y lo que más recuerdo de aquella noche es que de fondo sonaba el CD de Joaquín, MENTIRAS PIADOSAS.
En una de las pausas que hicimos para tomar un café, empecé a prestarle atención a la letra de Y SI AMANECE POR FIN. En esa época, y aunque cueste creerlo porque yo ya era una chica muy moderna, todavía no había tenido relaciones sexuales. Muchos de ustedes (incluidos mis padres) pensarán que esta aclaración no hacía falta. Pero yo pienso que sí. Porque en aquel momento, en donde el sexo era algo por descubrir, que me despertaba curiosidad pero también, mucho temor y mucha culpa, yo pensé que si encontraba algún chico que me invitara a acostarme con él usando semejante poesía como argumento, iba a ser imposible resistirme… Supe que de inmediato diría que sí, si alguien me cantara:
Y si amanece por fin y el sol incendia el capó de los coches,
baja las persianas,
de ti depende, y de mí, que entre los dos siga siendo ayer noche,
hoy por la mañana.
Olvídate del reloj
nadie se ha muerto por ir sin dormir una vez al currelo
por qué comerse un marrón
cuando la vida se luce poniendo ante ti un caramelo.
Anda deja que te desabroche un botón,
que se come con piel la manzana prohibida,
y tal vez no tengamos más noches,
y tal vez no seas tú, y tal vez no seas tú,
la mujer de mi vida.
El tiempo es un microbús
que sólo cruza una vez esta breve y absurda comedia
y yo no soy Mickey Rourke
ni tú Kim Basinguer ni tengo nueve semanas y media.
La buena reputación
es conveniente dejarla caer a los pies de la cama
hoy tienes una ocasión
de demostrar que eres una mujer además de una dama.
Anda deja que te desabroche un botón,
que se come con piel la manzana prohibida,
y tal vez no tengamos más noches,
y tal vez no seas tú, y tal vez no seas tú,
la mujer de mi vida.

Esta es la letra de la canción que tanto me atrapó en aquel momento…
Por suerte o por desgracia, no encontré en Dimensión (la disco a la que yo iba habitualmente, que estaba en la Avenida Córdoba y que ya no existe) ningún chico que me hablara con tan hermosas palabras. Así que conservé mi preciada virginidad algunos años más y tuve mi primera vez con alguien que, tal cual lo predijo Sabina, no era Mickey Rourke, no fue el amor de mi vida y para el que yo tampoco fui la mujer de su vida.
Ese fue el inicio de mi fanatismo por Joaquín. Ese fue el inicio de este fanatismo por su música y, sobre todo, por sus letras.
En ese entonces sentí que Joaquín había llegado tarde a mis oídos. Sin embargo, hoy sé que llegó en el momento oportuno. A una edad en la que yo ya estaba lo suficientemente herida como para entender algunas de sus letras. Quizás escucharlo antes de ciertos desengaños, sea malgastarlo. Porque para que Joaquín cale profundo, hay que tener “un corazón podrido de latir”.
De inmediato me compré el disco. MENTIRAS PIADOSAS fue el primero que tuve mezclado con otros de Christian Castro, Aerosmith, AC/DC y Andrés Calamaro (Sí, leyeron “Christian Castro”… Como podrán observar, mi gusto musical era bastante variado). Y la canción que lleva ese nombre, también parecía hecha para mí.
Yo le quería decir la verdad por amarga que fuera
contarle que el universo era más ancho que sus caderas.
Le dibujaba un mundo real no uno color de rosa,
pero ella prefería escuchar mentiras piadosas.

En plena adolescencia, lo único que una chica quiere es que le mientan y que las mentiras resulten lo suficientemente creíbles. Con el correr de los años, uno empieza a comprender que es mucho mejor una verdad dolorosa, que “cien mentiras que valen la pena”.
El disco fue un maravilloso descubrimiento. No sólo las letras me gustaban sino que también me encantaba escuchar su música. Encontraba buenas metáforas, frases inteligentes y un ritmo pegadizo que hizo que se despertaran mis ganas de conocer más acerca de él.
Con mi modesto sueldo de empleada en un video club, fui a una disquería y compré todos los CD que en ese momento había de Joaquín. Eran varios, así que durante un buen tiempo me pasé las horas escuchándolo y descubriéndolo, como quien va pelando por capas una cebolla… (la metáfora vale, también, por las “lágrimas de plástico azul” que derramé con algunos de sus temas).
A medida que crecía cada vez lo entendía y lo disfrutaba más y más. De inmediato empecé a conectarme a Internet y esperar con ansias el lanzamiento de cada uno de sus discos para comprarlos el mismo día que salían a la venta. También comencé a prestar atención sus entrevistas, a leer sus reportajes y los libros que se habían escrito sobre él. Me encontré con un tipo más que interesante. Gracioso, inteligente, siempre encontraba algo que merecía ser escuchado.
Los años y los desengaños (que ahora que lo pienso, por algo se llaman desengAÑOS… Será que a medida que pasa el tiempo cada vez nos duelen más?) hicieron que algunas de sus letras se convirtieran en un himno para mí.
Yo era muy enamoradiza, sufría el “síndrome del hombre equivocado”, y Joaquín Sabina me venía como anillo al dedo. El es rey de la melancolía, el abanderado de los amores imposibles, el ícono de los fracasos amorosos… (quizás debería corregirme y en lugar de escribir “él es”, debería escribir “él nos vende que es”… porque digamos la verdad… Joaquín puede haber sufrido por amor, es cierto… pero vamos… es Joaquín Sabina!!! Cuántas chicas pueden haberle dicho que no???)
El tiempo fue pasando y su música me acompañó en distintas etapas. Como tuve mala suerte en el amor, aunque hoy creo y espero haberla dejado atrás, me sentía identificada con muchas de sus frases. Una de mis preferidas era: “no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió”. Porque como ya dije, una adolescente, vive enamorada de imposibles… y a los imposibles se los imagina perfectos, porque para imperfecciones ya tenemos la realidad. Así que ahí andaba yo, sumergida en mi nostalgia, cargando las canciones de Sabina como una mochila.
El año 1999 me sorprendió con el lanzamiento de 19 DIAS Y 500 NOCHES. Apenas me compré el disco, me di cuenta que iba a ser uno de mis favoritos. El arte de tapa es maravilloso, con ese Joaquín vestido de ángel maldito, con sus alas negras abiertas de par en par. Hay varias canciones imperdibles en él… AHORA QUE…, 19 DIAS Y 500 NOCHES, BARBI SUPERESTAR, UNA CANCION PARA LA MAGDALENA, DIEGUITOS Y MAFALDAS, A MIS CUARENTA Y DIEZ, DONDE HABITA EL OLVIDO, NOS SOBRAN LOS MOTIVOS y NOCHES DE BODA son mis preferidas.
AHORA QUE…, porque me parece una bonita forma de decir: bueno, ya llegué, tengo un amor normal, estable, tranquilo… Y ahora qué hago con esto??? Cómo se usa??? Dónde lo pongo??? Su música tiene algo de melancolía, como si uno, que está acostumbrado a morir si el otro se va, sintiera algo de tristeza al encontrar un amor en el que “hay pan para hoy”….
Ahora que nos besamos tan despacio,
ahora que aprendo bailes de salón,
ahora que una pensión es un palacio,
donde nunca falta espacio
para más de un corazón…
Ahora que las floristas me saludan,
ahora que me doctoro en lencería,
ahora que te desnudo y me desnudas,
y, en la estación de las dudas,
muere un tren de cercanías…
Ahora que nos quedamos en la cama,
lunes, martes y fiestas de guardar,
ahora que no me acuerdo del pijama,
ni recorto el crucigrama,
ni me mato si te vas.

19 DIAS Y 500 NOCHES es una canción sorprendente… Altamente recomendable para iniciarse en el mundo “sabinesco”… Quienes la escuchen por primera vez se van a encontrar con una buena historia, excelentemente contada, juegos de palabras, metáforas envidiables, música pegadiza y estribillo inolvidable. A mi criterio, es una de las canciones mejor logradas de Joaquín. En principio, porque Sabina consigue poner en palabras lo que todos los que alguna vez nos vimos obligados a olvidar, hemos pasado… Porque cuando uno necesita imperiosamente arrancarse a alguien del corazón, lo más probables es que tarde más noches que días y que la proporción exacta sea de 19 contra 500. Así que desde el título, es una canción con la que me siento identificada. En segundo lugar, porque su primer estrofa ya es una estupenda metáfora: “Lo nuestro duró, lo que duran dos peces de hielo, en un güisqui on the rocks”. Y lo mejor de este tema, lo más ocurrente, lo más destacable, lo que siempre me causó gracia y admiración, es que tenemos un Joaquín que nos grita a los cuatro vientos que como ella se fue, vuelve a los bares, a las putas y a la cocaína… Así de tremendo… Pero Joaquín lo dice de una manera tan bella, que uno se conmueve y hasta se apiada de él…
Y regresé
a la maldición
del cajón sin su ropa,
a la perdición
de los bares de copas,
a las cenicientas
de saldo y esquina,
y, por esas ventas
del fino Laína,
pagando las cuentas
de gente sin alma
que pierde la calma
con la cocaína,
volviéndome loco,
derrochando
la bolsa y la vida
la fui, poco a poco,
dando por perdida.
A alguno de ustedes se le hubiera ocurrido describir a una prostituta como una “cenicienta de saldo y esquina”??? Seguramente no… Por eso nosotros no somos Sabina, y él sí.
Años después conocí a un chico por Internet. Nombre árabe, excelente persona, fanatismo absoluto por Sabina, podrían ser una buena definición. Escuchábamos mucho el disco DIMELO EN LA CALLE, que acababa de salir. Nos pasábamos horas analizando sus letras y discutiendo qué había querido decir Joaquín con alguna de sus frases. Era bastante interesante, pero hoy supongo que la interpretación que nosotros le dimos a muchas de ellas, seguramente no tenía nada que ver con lo que Sabina quiso transmitir… O sí, quién lo sabe?
También me acuerdo que nos pasamos un buen rato debatiendo sobre una frase que decía “la salsa de tomate de las heridas se corta con un chute de vanidad”. Creo que llegamos a una interpretación acertada, pero sería muy extensa para explicarla en este momento.
PECES DE CIUDAD era otra de las canciones que nos gustaba muchísimo…
Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis sueños va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer.

Hoy pienso que mis tatuajes de un pasado bucanero y sus ganas de no quererme querer, hicieron de este tema casi nuestro himno… Y no puedo dejar de mencionar una frase tristemente cierta de esa canción.
En Comala comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver.
Joaquín nos tira en la cara una de esas verdades que son difíciles de digerir… No debemos intentar nunca volver a ese lugar donde fuimos felices (que pueden ser los brazos de aquel ex novio que jamás olvidamos), porque seguramente todo habrá cambiado y nada será lo mismo. Es mejor quedarse con un recuerdo digno y hermoso, a comprobar con nuestros propios ojos que aquello que antes nos pareció maravilloso, hoy ya no lo es tanto.
Otro de los discos que solíamos escuchar mucho era YO, MI, ME, CONTIGO, en el que hay varias canciones excelentes. Recuerdo en particular una vez que nos colgamos un buen rato a desmenuzar la letra del ROCANROLL DE LOS IDIOTAS.
Yo no tenía ganas de reír,
tú reías para no llorar;
yo le guiñaba un ojo a mi nariz,
tú consolabas a tu soledad.
Yo sin ninguna escoba que vender,
tú con mil y una noches que olvidar;
a mí no me quería una mujer,
a ti se te moría una ciudad.
Tú habías perdido el último autobús,
a mí me habían echado de otro bar;
los mismos alfileres de vudú,
el mismo cuento que termina mal.
Pero quiso el cielo
bautizar el suelo
con su gota a gota
y con champú de arena
para tu melena
de muñeca rota
y tu mirada azul
me dijo a cara o cruz
y mi alma de tahúr
lo puso a doble o nada.
Y los peces de colores de mis botas
y tus marchitos zapatitos de tacón
locos por naufragar
salieron a bailar
al ritmo de la lluvia sobre las capotas
el rocanrol de los idiotas.
Yo no venía de ningún país,
tú ibas camino de cualquier lugar;
conmigo no contaba el porvenir,
de ti no se acordaba el verbo “amar”.
Yo no jugaba para no perder,
tú hacías trampas para no ganar;
yo no rezaba para no creer,
tú no besabas para no soñar.
Y sin equívocos de vodevil
ni alertas rojas en el corazón
el dios de la tormenta quiso abrir
la caja de los truenos y tronó,
porque quiso el cielo
acariciar el suelo
con su gota a gota
y con champú de arena
para tu melena
de muñeca rota.
Qué disparate de
partida de ajedrez
con un partenaire
adicta al jaque mate.
Y tu bolso como un nido de gaviotas
y mi futuro con pan duro en el cajón
locos por naufragar
salieron a bailar
al ritmo de la lluvia sobre las capotas
el rocanrol de los idiotas.
Capeando el temporal
salieron a bailar
como dos locos bajo el chaparrón de notas
el rocanrol de los idiotas.
El rocanrol,
el rocanrol de los idiotas.
Como tu y como yo.
El rocanrol de los idiotas.
Se marcó la calle
con aquel detalle
de dejarnos solos.
El rocanrol de los idiotas.
Y por casualidad
comenzó a tocar
la flauta de Bartolo.
El rocanrol de los idiotas.
Go Johnny go, go, go.
El rocanrol de los idiotas.
All you need is love.
Y bailar
el rocanrol de los idiotas.
A vam ba baluba balam bam bu.
Tutti frutti.
El rocanrol de los idiotas.
Don’t worry.
El rocanrol de los idiotas.
El decía que coincidía exactamente con el tipo de relación que nosotros dos estábamos viviendo. Y a mí no me quedan dudas de que en aquel momento, yo era “una partenaire adicta al jaque mate”.
De ese disco, otra de las canciones que descubrí y que me pareció tristemente maravillosa, fue Y SIN EMBARGO.
De sobras sabes que eres la primera,
que no miento si juro que daría
por ti la vida entera,
por ti la vida entera;
y, sin embargo, un rato, cada día,
ya ves, te engañaría
con cualquiera,
te cambiaría por cualquiera.
Ni tan arrepentido ni encantado
de haberme conocido, lo confieso.
Tú que tanto has besado
tú que me has enseñado,
sabes mejor que yo que hasta los huesos
sólo calan los besos
que no has dado,
los labios del pecado.
Porque una casa sin ti es una emboscada,
el pasillo de un tren de madrugada,
un laberinto
sin luz ni vino tinto,
un velo de alquitrán en la mirada.
Y me envenenan los besos que voy dando
y, sin embargo, cuando
duermo sin ti contigo sueño,
y con todas si duermes a mi lado,
y si te vas me voy por los tejados
como un gato sin dueño
perdido en el pañuelo de amargura
que empaña sin mancharla tu hermosura.

No debería contarlo y, sin embargo,
cuando pido la llave de un hotel
y a media noche encargo
un buen champán francés
y cena con velitas para dos,
siempre es con otra, amor,
nunca contigo,
bien sabes lo que digo.
Porque una casa sin ti es una oficina,
un teléfono ardiendo en la cabina,
una palmera
en el museo de cera,
un éxodo de oscuras golondrinas.
Y cuando vuelves hay fiesta
en la cocina
y bailes sin orquesta
y ramos de rosas con espinas,
pero dos no es igual que uno más uno
y el lunes al café del desayuno
vuelve la guerra fría
y al cielo de tu boca el purgatorio
y al dormitorio
el pan de cada día.
Analizando las respuestas que más adelante leerán en el libro, podrán darse cuenta de que este tema es uno de los preferidos de los fanáticos de Sabina, de los dueños de los bares, de los webmasters de sus páginas y de las bandas que le hacen tributo. Por qué? Porque relata de una forma casi divertida, algo que en el fondo es en verdad muy doloroso. Ese permanente inconformismo que muchas veces hace que vivamos con uno pero soñemos con otro, y que cuando estamos con el que soñamos extrañemos al con el que vivimos (o algo así). Quizás en esta canción se defina un poco esa diferencia entre el amor y la pasión… El amor, que es el que nos hace sentir que “una casa sin ti es una oficina” y por otro lado, las ganas de seguirnos envenenando de culpa con otros besos. En esta canción Joaquín nos relata esa imposibilidad que tiene él (y varios más, por cierto) de mantener la fidelidad en la pareja, quizás por eso es una de las preferidas del público que lo escucha. Uno quisiera enojarse con ese Joaquín que, con fino cinismo, hace prácticamente un culto al engaño, a la trampa… pero resulta imposible condenarlo, sobre todo porque todos somos “juez y parte”. Porque más allá de si en nuestra naturaleza está ser infiel o no, todos podemos entender perfectamente de qué nos está hablando y de inmediato produce un tremendo efecto de identificación, principalmente en su estribillo que se corea a viva voz: “Y me envenenan los besos que voy dando y, sin embargo, cuando duermo sin ti contigo sueño, y con todas si duermes a mi lado”.
También con mi amigovio (que antigüedad!!!) árabe, fui a ver mi primer tributo a Joaquín, en el Down Town Matías… Me acuerdo del entusiasmo de la gente, de la onda “sabinesca” que se respiraba en el lugar, de la alegría con la que se coreaban los estribillos más pegadizos y sobre todo, de la euforia que yo sentí al escuchar en vivo, algo que al menos se asemejaba un poquito a escucharlo a Sabina… Unos meses más tarde el chico de Internet desapareció de mi vida, pero yo me quedé con Joaquín.
No sólo su música me acompañó desde los 19 años, si no que tiempo después, descubrí sus sonetos y también disfruté mucho al leerlos. Siempre me gustó escribir… Cuando era muy chica, escribía canciones cambiándole la letra a las canciones de los músicos que sonaban en ese momento (César Banana Pueyrredón, Alejandro Lerner, Valeria Lynch… Sí, definitivamente esta parte del libro podría llamarse “Honestidad brutal”). Así que leer sus poesías fue abrir una puerta a otro universo. Más o menos para el año 1999 empecé a escribir mis primeros cuentos y a perfeccionarme en la poesía… Joaquín también me sirvió de inspiración. Leer sus letras como si fueran poemas y analizar sus sonetos, me sirvieron para mejorar mi modo de escribir… (o al menos, eso es lo que yo creo!)

1 comentario:

  1. Me parece genial tu blog ya que comparto al igual que vos ese fanatimos (o como quieras llamarlo)por este gran poeta.
    Quizas al observar tus comentarios o tal vez las elecciones que a tu parecer podrias catalogarse como mejor cancion en un disco, son las que le cantan al amor o desamor que en joaquin seria casi lo mismo. Es decir, tal vez ciertas canciones o versos a los cuales interpretas como dirigidos hacia una persona amada, en verdad no es exactamente lo que quiere expresar Joaquin.
    A mi parecer las mayoria de las canciones del Español estan cargadas de un tinte politico muy fuerte, donde el hilo conductor quizas si sea una relacion de pareja pero que en realidad trasciende eso completamente.
    Pero bueno, al fin y al cabo es poesia y cada uno le da la interpretacion que sienta.

    Bell

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